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El sepulcro de la reina

Elisenda de Moncada (c . 1392/64), hija de Pedro II de Moncada, senescal real, y de Elisenda de Pinós, era Miembro de una de las familias catalanas medievales más poderosas e influyentes de la Corona. A raíz de su matrimonio con Jaime II el Justo (1267-1327), se convirtió en reina de la Corona catalanoaragonesa. Elisenda y Jaime fundaron el monasterio de Pedralbes para la salvación de su alma. Al morir el rey, Elisenda trasladó su residencia en el palacio situado junto al monasterio, un emplazamiento digno para el retiro de una reina viuda sin descendencia desde donde podía seguir ejerciendo su poder y su influencia. En Pedralbes pasó los últimos 37 años de su vida y, aunque nunca profesó como monja, participó activamente en la vida de la comunidad.

El sepulcro, que fue esculpido en vida de la reina, consiste en una tumba de mármol bifrontal que ocupa dos pisos del claustro y se halla bajo un arcosolio. La cara del sepulcro que da al claustro presenta a Elisenda como viuda y penitente, mientras que la cara que da a la iglesia la muestra como reina, engalanada con corona y vestiduras reales. El sepulcro está sostenido por tres leones dorados y en el frontal se pueden apreciar varias figuras esculpidas que no corresponden a las originales. En los pies y la cabeza de la reina, dos ángeles turiferarios queman incienso de rodillas, mientras otros dos ángeles presentan el alma de la reina al Padre Celestial. En los pináculos que decoran el arcosolio se pueden ver las imágenes de san Francisco y santa Clara, fundadores de la orden franciscana, y los patrones de los reyes, san Jaime y santa Isabel. Por la representatividad del sepulcro dentro del conjunto de la iglesia y del monasterio, queda patente la voluntad de la reina de plasmar en él todo su ideario de vida y de devoción franciscana.

De autor desconocido, el sepulcro presenta unos rasgos estilísticos que lo sitúan en torno a uno de los talleres que trabajaban para la Corona catalana por aquellos años. Se han apuntado los nombres de Pere de Guines o Aloi de Montbrai como posibles autores de la pieza, que ha sido fechada alrededor de 1343.

También en el claustro, junto a la tumba de la reina Elisenda, se encuentran los sepulcros de tres mujeres de la nobleza catalana. El primero pertenece a Beatriu de Fenollet y muestra restos de pintura mural que representan la ascensión de su alma junto al Padre Celestial. A continuación se hallan los sepulcros de Constança de Cardona y de Elionor de Pinós, que, al igual que la tumba de la reina, son a doble vertiente, con una parte pública que da a la iglesia. Al lado del arcosolio y dentro del mismo recinto, cerrado con una reja, se halla el sepulcro, también de mármol, de Francesca ça Portella, segunda abadesa del monasterio y sobrina de Elisenda.

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