Mobiliario
La extensa colección de mobiliario del monasterio está formada por un heterogéneo conjunto de piezas de calidad desigual, con muebles de gran calidad y valor artístico e histórico que conviven con otros muy sencillos y utilitarios pero con un gran valor etnológico. La cronología de la colección es amplia, ya que comprende del siglo xiv al xx, y la procedencia de los objetos es mayoritariamente catalana, aunque también hay piezas de origen español, islámico, europeo e indoportugués.
Muchos de los muebles llegaron al cenobio junto con las mujeres que ingresaron en él, la mayoría procedentes de familias nobles y acomodadas, por lo que estos objetos se convirtieron en un reflejo de esta clase social dentro del monasterio. Otros muebles son de indudable carácter religioso, fruto de las necesidades litúrgicas de la comunidad, y, finalmente, un tercer grupo ejemplifica la sencillez adaptada a la cotidianidad de la vida monástica.
En total, en el monasterio se conservan más de 300 muebles, entre mesas, sillas, arquimesas, escaparates, armarios, arquetas, arcas de novia, cofres y cajas. De entre todas las piezas, destaca el mobiliario del siglo xiv, que se ha vinculado con la reina Elisenda, así como el cofre y el armario de la reina y el conjunto de muebles de los siglos xvi y xvii, muy relacionado con el mundo femenino y formado por asientos, arquimesas y escritorios que ejemplifican las tendencias artísticas decorativas y técnicas del momento. En cuanto al mobiliario religioso, cabe mencionar los armarios góticos de sacristía como unos de los pocos ejemplares conservados en Cataluña, así como los armarios-atriles para los grandes libros de coro.
