Dormitorio

(1346-1364)

El dormitorio constituía una pieza esencial en la vida comunitaria del monasterio. La regla de las clarisas disponía que todas las religiosas debían dormir juntas, incluida la abadesa, en un dormitorio común, sobre una cama con un jergón y una almohada de paja, lana o pluma según dispusiese la abadesa.

A finales del siglo XIV, el dormitorio recibió una donación de 50 florines del Consejo de Ciento de la ciudad de Barcelona para la realización de obras, con el compromiso de llevar a cabo una colecta ciudadana hasta conseguir los 200 florines que el monasterio necesitaba para completar la obra. Ante la ausencia de datos más concretos, se puede aventurar que las obras que se realizaron en aquel momento debían de corresponderse con la construcción de una habitación para aislar la sala del frío y la humedad que provenía del terreno natural sobre el que se levantó el dormitorio, en la terraza superior del lado norte del monasterio. La ayuda respondía a la petición de la reina Elisenda en 1357 para que el Consejo de Ciento protegiese siempre al monasterio y a las religiosas. Los donativos para obras de mejora siguieron realizándose durante siglos, hasta la disolución del propio Consejo de Ciento.

Inmediatamente después de la construcción de la iglesia, durante la segunda mitad del siglo XIV, se inició la del dormitorio de las monjas, el gran cuerpo que cerró el recinto claustral por su lado más septentrional. Se trata de un gran espacio diáfano, definido a partir de arcos diafragma que sostienen una cubierta de madera abuhardillada.

El cierre más septentrional del dormitorio presenta muros y contrafuertes construidos de una sola pieza, mientras que el cierre oriental al claustro presenta paramentos distintos, con contrafuertes más pequeños y añadidos a continuación. Este diferencial generó cierto desequilibrio perceptible en el ritmo interior de los arcos diafragma. De estas evidencias se deduce que los muros del dormitorio no fueron construidos sincrónicamente y que se trata de una de las estancias más antiguas del monasterio. Aun así, la documentación del monasterio del siglo XIV es demasiado difusa para poder fechar con exactitud la obra del dormitorio. Sin embargo, el hecho de que la comunidad originaria de 14 monjas en 1327 pasara a 60 monjas en 1334 permite deducir que el dormitorio definitivo seguramente ya estaba construido.

En origen, solo se accedía al dormitorio a través de la sala del Ángel, que permitía la comunicación con el coro alto de la iglesia. Poco después, con la edificación del claustro, el dormitorio debía de presentar una puerta en el segundo nivel de este. El acceso actual, en la planta baja, fue construido en la década de 1990.