El Museo Monasterio de Pedralbes

(1945-avui)

El Museo Monasterio de Pedralbes está abierto a la ciudadanía desde el 25 de septiembre de 1983. Su base fundacional se encuentra en el pequeño museo de la celda del Ángel de la Guarda, creado por sor Eulària a principios del siglo XX. Con clara voluntad didáctica, de difusión y de conservación, el museo del monasterio muestra el patrimonio artístico e histórico de la comunidad religiosa de Pedralbes.

Recogiendo el testigo y la voluntad de las clarisas de preservar el patrimonio mueble para la posteridad —algo que sor Eulària ya pretendió al crear el museo de las claraboyas—, el actual Museo Monasterio de Pedralbes, gestionado por el Instituto de Cultura de Barcelona, exhibe la colección de la comunidad y mantiene abierta una programación con el monasterio como eje central. En este sentido, se toma como referencia el carácter femenino de la institución, la espiritualidad y la relación con los acontecimientos históricos, culturales y artísticos, sociales y económicos de cada etapa histórica y, en particular, los lazos que la unen a la ciudad de Barcelona.

En esta línea, se da a conocer el rico patrimonio que atesoran las colecciones y, al mismo tiempo, se aprovecha para explicar la historia del lugar y la espiritualidad y la vida cotidiana de las mujeres que lo han preservado. Las distintas actividades promovidas contribuyen, especialmente, a explicar y conocer el pasado y el presente de la comunidad de Pedralbes.

Desde mediados del siglo XX, las intervenciones arquitectónicas llevadas a cabo en el monasterio han ido dirigidas al mantenimiento del monumento y a la construcción de los equipamientos necesarios para sus nuevos usos museológicos. La gestión pública del monumento se ha traducido, especialmente, en la adaptación arquitectónica del monasterio y la consolidación estructural de sus espacios.

Una vez acabada la Guerra Civil, el arquitecto Jeroni Martorell planteó la primera visita pública al monasterio, de modo que se restauró y musealizó el ángulo oriental del claustro, la sala capitular y la capilla de San Miguel.

Después del Congreso Eucarístico de Barcelona, se regularizaron las visitas dominicales al monasterio y, en la década de 1970, el arquitecto Joan Bassegoda fue el encargado de construir un convento nuevo donde pasarían a residir las religiosas una vez el edificio histórico funcionase como museo. Bassegoda jugó un papel clave en la definición del monasterio como monumento.

Desde la consolidación del nuevo Museo Monasterio de Pedralbes en la década de 1980, el Ayuntamiento de Barcelona ha sido el encargado del mantenimiento y la adecuación de las principales estructuras del monasterio. Las últimas restauraciones e intervenciones arquitectónicas han ido dirigidas a convertir Pedralbes en un equipamiento cultural de primer orden.