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Belén de navidad 2024
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La llegada de la Navidad es sinónimo de pesebre en nuestra cultura. En Cataluña, preparar el pesebre tiene una larga tradición histórica: numerosas asociaciones de pesebristas, entre las cuales se encuentra la Asociación de Pesebristas de Barcelona, contribuyen, año tras año, a la continuidad y a la preservación de esta tradición cultural y festiva.
El Real Monasterio de Santa María de Pedralbes, fiel a la celebración de Navidad, organiza en estas fechas su pesebre en el espacio de las procuras, con la colaboración de la Associació de Pessebristes de Barcelona. El belén se podrá visitar a partir del sábado 14 de diciembre, día en que el museo además celebra una jornada de puertas abiertas para conmemorar la muestra.
La muestra de este año se centra en la presentación de dos dioramas de la vida de Jesús, La Natividad y La adoración de Reyes Magos, ilustrados con figuras de la escultora Montserrat Ribes y los hermanos Castells.
La natividad o el nacimiento de Jesús
«[...] ella [María] lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada» (Lc 2, 1-7)
Siguiendo la tradición, la Asociación de Pesebristas de Barcelona ha creado un diorama de grandes proporciones donde se representa un pesebre popular, artístico y de una minuciosa composición escénica, elaborado con elementos naturales y otros trabajados con yeso, en el que se muestra el nacimiento del niño Jesús dentro de un paisaje idealizado. Esta escena quiere representar los textos evangélicos de san Lucas y san Mateo, que se difundieron rápidamente a partir del siglo IV, con una interpretación que ha ido evolucionando hasta la versión actual.
La escultora Montserrat Ribes, autora de estas figuras, inició su formación artística en 1968, año en que empezó a cursar estudios de Bellas Artes. Además de dirigir su propia escuela de escultura y modelado en Castellar del Vallès (1978-1997), durante treinta años fue la escultora de la firma Elisa, cuyas figuras decorativas han participado en diversas exposiciones y se pueden encontrar en muchos países europeos, Estados Unidos, Canadá y Japón.
La adoración de los Reyes Magos
«Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del Oriente a Jerusalén unos magos, diciendo:
—¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el Oriente, y venimos a adorarle» (Mt 2, 1-2)
El Evangelio de san Mateo nos habla de un número indeterminado de hombres, aunque no concreta su identidad. A partir de un decreto del papa León el Grande (440-461), se fija su número en tres y, desde el siglo VIII, sus nombres quedan establecidos en Occidente como Melchor, Gaspar y Baltasar. Su físico alude a las distintas etapas de la vida, en representación de la universalidad de la Tierra y de las tres edades del hombre: Melchor es el hombre mayor, con la piel y la barba blancas; Gaspar, de pelo rubio, representa la juventud, y Baltasar, desde el siglo XIV, representado con la piel negra, se identifica con el hombre maduro.
El culto a los Reyes de Oriente se difunde ampliamente a partir de la Edad Media, especialmente con las cruzadas a Tierra Santa y el traslado de sus supuestas reliquias a la catedral de Colonia. Desde entonces, forman parte esencial de las escenificaciones del ciclo navideño, ya sea de camino hacia Belén o adorando al recién nacido.
Estas figuras son obra del taller de los hermanos Castells. El taller de la familia Castells empezó con Martí Castells Martí (1873-1937), quien, aunque inicialmente se especializó en la talla de madera, pronto se dedicó a la fabricación de figuras de pesebre que después vendía en la Feria de Santa Llúcia, donde tenía parada. Sus tres hijos, Joan Castells Martí (1909-1988), Martí Castells Martí (1915-1995) y Josep Castells Martí (1913-2002), se añadieron al trabajo del obrador y aprendieron el oficio del padre. Al morir este, continuaron el negocio familiar juntos, alternando el aprendizaje con los estudios en la Escuela Llotja.