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Mujeres silenciadas. El legado de Sor Eulalia Anzizu el monasterio de Pedralbes (1868-1916)
Mercè era la hija única de los Anzizu Villa, familia emparentada con los Bacigalupi y Girona. Autodidacta, se relacionó con los familiares maternos, Eusebio Güell y su esposa Isabel López (hija de los marqueses de Comillas) y pasó la adolescencia en los entornos culturales de estas familias mecenas. A la edad de 20 años, tomó la decisión de abandonar el "mundo material", "abandonar la Patria", como ella decía, para vivir en un mundo "espiritual", ingresando en el convento de clarisas de Pedralbes.
Sus inquietudes motivaron una activa participación como poeta en círculos literarios de la Renaixença. Así, la valía como escritora le fue reconocida por el mismo poeta Jacint Verdaguer. Merè Anzizu poseía una sólida formación intelectual y un fuerte espíritu crítico bien inusual entre los jóvenes de la época. Tuvo la oportunidad de viajar por Europa y conocer los paisajes de Italia franciscana, lugares que le produjeron una fuerte impresión espiritual. En el mismo momento de ver reconocida su labor poética -publicando a menudo composiciones en la prensa-, aconsejada por quien fue su director espiritual y mentor Jaume Collell, profesó en el Monasterio de Pedralbes.
La labor incansable al convento, así como su rigor intelectual, motivaron una intensa actividad como archivera, historiadora y de gran conocedora del patrimonio monumental. No dejó nunca de escribir poesía, si bien los volúmenes Poesies (1919) y Santa Clara d'Assís. Llegendari franciscà (1928) fueron publicados después de su muerte. Asimismo, escribió biografías de personajes religiosos y tradujo obras franciscanas. La intensa obra de archivera y de historiadora quedó recogida con la ingente tarea de clasificación del archivo histórico del Monasterio de Pedralbes y, posteriormente, en la redacción de Fulles històriques del Real Monestir de Santa Maria de Pedralbes (1897), una monografía histórica aún hoy de referencia. La sensibilidad de Sor Eulària por el patrimonio artístico se manifestó ya antes de entrar en la clausura del monasterio en mostrar su oposición pública frente la restauración de la fachada de la catedral de Barcelona. Como monja clarisa contribuyó especialmente a la conciencia para la protección de un patrimonio que había sido testigo de la vida de la comunidad religiosa. En este sentido, destinó buena parte de su fortuna personal a la restauración de la iglesia y diversas dependencias del monasterio y la protección de los bienes muebles de la comunidad mediante la creación del primer museo del monasterio.
Mujeres silenciadas. El legado de Sor Eulalia Anzizu el monasterio de Pedralbes (1868-1916), quiere ser en cierto modo una muestra de gratitud hacia el legado que ella nos dejó. Presentamos, contextualizamos y, sobre todo, reivindicamos la personalidad de una mujer que, como sus contemporáneas, vivió en un contexto intelectualmente y culturalmente, fuertemente masculino. Es por ello que en cierto modo decimos que ellas fueron "silenciadas, ocultas, invisibles, olvidadas", a pesar de tener voz propia.
La exposición se estructura en cuatro ámbitos representativos de la labor realizada por Mercè Anzizu / Sor Eulalia, fuera y dentro del monasterio y que presentamos como su legado. El audiovisual De Merced Anzizu a Sor Eulalia Anzizu (1868-196). Una vida, completa y contextualiza la vida y la obra de la clarisa de Pedralbes.