El blog del museu
Títol
Salud y alimentación en la Edad Media
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Introducció
La alimentación en el monasterio durante la Edad Media estaba regulada por periodos de ayuno marcados por la regla de Santa Clara.
En el Real Monasterio de Santa María de Pedralbes la vida se regía por la regla de las clarisas dictada por el papa Urbano IV, que sin ser demasiado explícita sobre la alimentación se limitaba a establecer los periodos de ayuno y abstinencia dentro del ciclo anual. En general, la Iglesia recomendaba una dieta vegetariana acompañada principalmente de pescado y, puntualmente, de aves. El consumo de carne quedaba reservado a las grandes festividades. El uso de dulces y especias que proporcionaban sabor y placer era limitado, así como el consumo de vino, que, pese a ser considerado un alimento sano, debía tomarse con moderación. El objetivo principal de esta dieta restrictiva era poder cubrir las necesidades físicas del cuerpo a la vez que se aseguraba la privación del placer de la comida. La práctica de la abstinencia era considerada una virtud y un camino para salvaguardar la pobreza, conquistar la fortaleza del alma y lograr la serenidad de la mente.
El calendario eclesiástico fijaba dos periodos marcados por la abstinencia, Adviento y Cuaresma, destinados a preparar las dos principales festividades del año litúrgico: Navidad y Pascua. La abstinencia se practicaba todos los viernes del año, así como en las vigilias de las celebraciones. Durante el periodo de abstinencia, el consumo de carne estaba terminantemente prohibido.
No obstante, la regla de las clarisas de Urbano IV contemplaba que las monjas enfermas fueran tratadas adecuadamente tanto en lo que se refería a dieta como al resto de necesidades. Así, las hermanas débiles, las enfermas y las que estaban en periodo de sangría podían comer carne incluso en periodos de abstinencia. En esencia, la alimentación de las monjas enfermas era más calórica a raíz de la substitución del pescado por la carne, así como del consumo de una mayor cantidad de fruta de la que proporcionaba el huerto, ya que en caso de necesidad incluso se llegaba a comprar fuera del monasterio.
En el Libro de las cautelas, donde se anotaban las compras que las hermanas realizaban en el exterior, hay constancia de que la monja encargada de la enfermería del monasterio también adquiría carne y manteca para la elaboración de caldos.
En el libro de cuentas se constata asimismo la compra de ciruelas, peras y manzanas para la confección de compotas que restablecían los dolores de estómago y vientre. La hermana encargada de la enfermería adquiría también partidas extraordinarias de trigo y cebada, lo que demuestra que las monjas enfermas también aumentaban el consumo del pan.
Para conocer estos y más detalles sobre la salud y la alimentación en la Edad Media, dentro y fuera del cenobio, os invitamos a participar en la visita taller «Regimen Sanitatis. Salud y alimentación en la Edad Media» que organiza el Real Monasterio de Santa María de Pedralbes en colaboración con la Fundación Alicia, en el que se explica cuál era el papel de la dieta en la preservación de la salud. La próxima sesión tendrá lugar el próximo domingo 25 de octubre a las 11.30h.
Enric M. Puga