Renaixença en el monasterio de Pedralbes.
A finales del siglo XIX, en el marco sociocultural de la Renaixença, la comunidad de religiosas del monasterio adquirió conciencia del valor patrimonial del conjunto monumental donde residían y de la necesidad de preservarlo como testimonio de la historia de la ciudad de Barcelona y de Cataluña.
En la reivindicación de un tiempo histórico en el que Cataluña forjó su identidad nacional y en el que Pedralbes vivió uno de los períodos de mayor esplendor, desempeñó un destacado papel sor Eulària Anzizu desde su profesión, en 1890. Mujer comprometida con la cultura, sor Eulària mostró su estima por la patria en los poemas que escribía, así como en la voluntad de preservar el patrimonio documental y artístico del monasterio. Fue ella quien clasificó el archivo histórico del monasterio y escribió una monografía histórica sobre el mismo. También promovió y patrocinó la restauración monumental del cenobio, empezando por la iglesia. Asimismo, le debemos la creación del primer museo del monasterio y la dignificación de las pinturas murales de la capilla de San Miguel.
En la actualidad, buena parte de las obras que integraron el primer museo se conservan en las salas del museo del monasterio y también en la propia iglesia. Cabe destacar las pinturas de los retablos de Joan Llimona y de Josep M. Tamburini, ejecutadas para el ornamento de la iglesia restaurada.
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Pintura al óleo sobre tela con la representación del arcángel san Rafael y los dos Tobías, obra de Joan Llimona, de 1896. Formaba parte de uno de los retablos neogóticos de una capilla lateral de la iglesia.
MMP - Jordi Puig