El templo gótico: monumentalidad real
Aunque la iglesia de Santa María de Pedralbes es de proporciones más reducidas que las de otros ejemplos coetáneos, la promoción real hizo de su fábrica un compendio de soluciones estructurales y decorativas de excepcional calidad. La organización espacial, el sistema de cubierta y, especialmente, la iluminación convierten este edificio en uno de los mejores ejemplos del gótico catalán.
Las capillas laterales del gótico catalán
Según la historiografía tradicional, una de las características del gótico catalán es la construcción de capillas entre contrafuertes. El estudio reciente de algunos templos como Santa María de Pedralbes ha permitido revisar esta teoría, ya que el muro de las capillas es un muro corrido que se construye al mismo tiempo que los contrafuertes, por lo que estos solo son visibles a nivel del primer piso.
El primer espacio medieval: el coro bajo
El coro bajo es probablemente el primer espacio del monasterio que se concluyó. Su estructura de dos tramos cubiertos con bóveda por arista y muro oriental absidal, que se corresponde con el cuerpo inferior del campanario, hace pensar en un primigenio espacio de culto para la comunidad de monjas, que se habría utilizado durante la construcción de la iglesia.
Los elementos decorativos del coro bajo
Las bóvedas por arista que cubren el coro bajo se caracterizan por la gran calidad decorativa de sus elementos constructivos: por un lado, por la decoración escultórica de las claves de bóveda —con el escudo real— y de los canecillos (punto de arranque de los nervios de la bóveda), y por otro, por la decoración pictórica que se conserva en uno de los paños de bóveda. Esta decoración parietal, presumiblemente parte del proyecto original del siglo XIV, presenta motivos vegetales sobre un fondo rojizo y forma un tapiz homogéneo y brillante que destaca en este pequeño espacio.
El ábside del coro bajo
El muro más oriental del coro bajo se identifica con la zona del ábside, que presenta planta poligonal y se cubre con una bóveda de cañón rebajada. La ventana que se abre en el tramo central se corresponde con la abertura que se observa exteriormente en el cuerpo inferior del campanario, desarrollada como tal desde la cota del primer piso. En la actualidad, el altar del coro bajo está ubicado en el lado occidental, cerca de la escalera que comunica con la sala del Ángel.
El coro alto y el árbol de la vida
A los pies de la iglesia, en la cota del primer piso, se encuentra el coro alto, un espacio reservado a las monjas de clausura al que podían acceder desde el dormitorio. En un principio, se planeó decorar la gran pared de sillares vistos coronada por el rosetón con una pintura mural del árbol de la vida, encargada al pintor Arnau Bassa en 1348, pero no se han localizado vestigios de esta obra.
Los acabados originales: el revestimiento medieval de los muros
Durante las obras de restauración del arrimadero de madera de la iglesia, en el año 2009, salieron a la luz los que probablemente son los únicos testimonios conservados del revestimiento original de los muros del templo. Este revestimiento de mortero de cal blanca se disponía uniformemente sobre el muro de piedra y simulaba un muro con sillares pintados con una línea negra.
Las bóvedas de crucería y las claves esculpidas
Las bóvedas de crucería que cubren el templo se construyen a partir de los arcos torales que conforman y traban, con la ayuda de los contrafuertes, la estructura del edificio. Cada bóveda se culmina con una clave esculpida, que representan los gozos de la Virgen, con la coronación y el escudo real en el presbiterio, y una representación del Cristo resucitado mostrando los estigmas en los pies.
Las bóvedas y los vitrales del presbiterio
El presbiterio se cubre con siete bóvedas de crucería que convergen de forma radial en una clave central donde se representa la Coronación de la Virgen. Cabe destacar aquí los vitrales y rosetones abiertos en este espacio, cuya realización se enmarca dentro del proyecto medieval del edificio.