Las estancias de las claraboyas
El espacio conocido como «claraboyas» se encuentra en el segundo piso del cuerpo de la enfermería del monasterio, levantado entre la segunda mitad del siglo XVI y el XVII. En origen, fue proyectado como un espacio con soportales, a modo de buhardilla, pero, posteriormente, siguiendo las prescripciones de cierre de la clausura, se cerró con celosías y se fueron construyendo celdas. Estructuralmente, se organiza con una gran cubierta a dos aguas que descansa sobre una hilera central de grandes arcos de ladrillo dispuestos en sardinel.
La claraboya de la Estrella
Antes de las últimas reformas, el ámbito de las claraboyas comprendía dos grandes espacios: la claraboya de la Estrella y un segundo espacio compartimentado en varias habitaciones, entre ellas la celda del Ángel de la Guarda, la actual celda de San Juan y la conocida como «celda de la Labor».
La celda del Ángel, primer museo del monasterio
La celda del Ángel de la Guarda no se conserva en la actualidad. Se trataba de una sala con alcoba en el segundo piso de la enfermería que, desde 1902, acogió el primer museo del monasterio. Resulta curiosa la gran cantidad y variedad de objetos expuestos, en un modelo de exposición aún más cercano a las cámaras de maravillas que a los museos actuales.
La variedad de los elementos expuestos
Este primer museo se configuró como un espacio de acumulación y exposición de los objetos del monasterio que tenían una consideración especial por parte de la comunidad religiosa de Pedralbes y, muy especialmente, de sor Eulària Anzizu. Alejado de las técnicas de conservación y presentación museográficas actuales, se exponían distintos objetos, como mobiliario, cerámica, ajuar litúrgico, retablos, piezas escultóricas y representaciones pictóricas, con la voluntad de preservarlos como testimonios de la espiritualidad y la historia de una comunidad religiosa femenina.
La celda de San Juan
La celda de San Juan se enmarca hacia mediados del siglo XVI, tal y como se deduce de la bóveda de madera de pino, inicialmente policromada, la clave de bóveda con el emblema de los Foixà y las ménsulas de estuco con las imágenes del tetramorfos, el ángel custodio y san Miguel matando al dragón. Fue reformada a principios del siglo XX, tal y como evidencia la inscripción «Barcelona 12-10-1927», y pasó a ser la biblioteca de la comunidad. De esta época es la decoración de la hornacina que preside el espacio con un altar de azulejos de los siglos XVII y XVIII, así como la instalación del retablo facticio de san Juan, hoy expuesto en la sala del dormitorio.
La celda de la Labor
El nombre actual de «celda de la Labor» se debe a la actividad que las religiosas llevaban a cabo en este espacio. Construida en el siglo XVII, presenta varias modificaciones estructurales que llegan hasta el siglo XX. La hornacina alberga un altar con azulejos barrocos y pinturas en los laterales, de finales del siglo XIX, que representan a san Juan Bautista y María Magdalena. La cubierta de la celda muestra una clave de bóveda con el escudo de Pedralbes. Desde esta celda se accedía a la desaparecida sala del Ángel de la Guarda, donde en el año 1902 se creó el primer museo del monasterio.